Este refrán se utiliza para referirse a que en los momentos de necesidad, no ponemos reparos ni hacemos críticas a lo que se nos ofrece o a lo que tenemos. Nos podemos referir a la comida (cuando tenemos hambre, nos comemos cualquier cosa), pero también lo podemos utilizar en un sentido más amplio. Ejemplo: «María ha tenido que aceptar el trabajo de camarera a pesar de tener un doctorado, pero supongo que a buen hambre no hay pan duro».