La directora de cine Arantxa Echevarría pretendía, con Carmen y Lola, llevar a la gran pantalla una historia de amor entre dos adolescentes gitanas y visibilizar una «temática tabú en la cultura gitana más tradicional».  Pero el resultado, si bien captó la atención de Cannes, ha sido rechazado por la misma población que representa.

La Asociación de Gitanas Feministas por la Diversidad afirma que la película «recrea estereotipos y perpetúa los prejuicios en las personas payas». «Lo que le pedimos es que se documentase bien y que mostrase la heterogeneidad que existe en nuestra comunidad», explican.

La directora asegura haber recibido «escupitajos e insultos» desde su estreno en Cannes, pero las activistas gitanas aseguran que solo pretenden "dialogar y protestar de forma pacífica".